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jueves, 10 de marzo de 2011

LA OPERACIÓN "FELIX", la invasión de Gibraltar.


La importancia estratégica del Peñón de Gibraltar, puerta de entrada del Mediterráneo y bastión inglés que aseguraba la ruta de aprovisionamiento de Gran Bretaña, hicieron que durante la segunda mitad de 1940 Hitler tomase la determinación de lanzar una ofensiva contra la roca que asegurase el control del mediterráneo, ocupando igualmente Malta y el Puerto de Alejandría.


General Jodl
El primero en darse cuenta de ello es el General del Alto Mando de la Bermag Alfred Jodl, que después de expresárselo a Hitler fue el designado para acometer el plan que desarrollase el ataque. Jodl, apasionado de la historia antigua, y que como tal conocía que las antiguas tropas romanas formadas por hispanos que habían luchado en Germania eran conocidas por ese nombre, “FELIX”, quiso que el plan que conseguiría que las tropas germanas luchasen en Hispania llevase el mismo nombre.

En mayo de 1940 se da un golpe al frente occidental por parte de Alemania con la ocupación de Bélgica y Holanda y la derrota de las tropas francesas. Al mismo tiempo se obligó a huir al cuerpo expedicionario inglés, dejando abandonados todo su equipo en las playas de Dunkerque.

A mediados de Junio de 1940, con una Francia a los pies de Hitler, se pensaba que la paz negociada con Inglaterra no tardaría en llegar. Hitler nunca quiso la guerra contra Gran Bretaña. En realidad, siempre pensó que juntos dominarían Europa protagonizando un nuevo orden mundial.

Con respecto al conflicto España se declara “no beligerante”, pues no puede permitirse entrar en guerra junto a Alemania, si bien tampoco quiere pasar como neutral, deseosa de aprovecharse de la posible victoria alemana. El estado maltrecho del país tras la Guerra Civil aconsejan no intervenir. Franco no cuenta con tropas, armas, ni material para acometer una guerra. Pero el Estado Mayor de Franco le advierte de que al final los choques entre las potencias europeas terminarían afectando al mediterráneo, y con ello a España. Adelantándose a los acontecimientos, Franco fortifica y refuerza las zonas del Protectorado de Marruecos, Campo de Gibraltar, Tánger y Baleares, por considerarlas especialmente sensibles al ataque de sus potenciales enemigos.

Para Franco, sobre el tapete de la guerra se desplegaban dos opciones: una guerra corta, apoyando a Hitler y ocupando Gibraltar para forzar la negociación con los británicos, o bien una guerra larga, con unos británicos que no firman la paz y que son posiblemente ayudados por los Estados Unidos.

España confía en la guerra corta y sus beneficios, llegando a ofertar la posibilidad de acometer ella misma la toma de Gibraltar, aprovechando el cinturón artillero desplegado en el Campo de Gibraltar. Hitler no lo creyó necesario, seguro que estaba de que la ayuda de España era innecesaria. Por otro lado, las pretensiones coloniales de España podrían perjudicar a la larga un futuro entendimiento de Alemania y Francia.

En el verano de 1940 la Bermag insistía en que un ataque a Gibraltar forzaría a Gran Bretaña a firmar la paz. Si eso no funcionaba llevarían la guerra a la propia Inglaterra, invadiéndola.

La Armada alemana ya había estudiado esta posibilidad e informó a Hitler de que esta opción extrema sólo debía tenerse en cuenta en el peor de los escenarios, puesto que la invasión costaría a Alemania una cantidad tal de hombres y material que la convertía en altamente costosa y arriesgada. Para que Inglaterra aceptase la paz la mejor opción era cortar el suministro marítimo a la isla. Durante el verano de 1940 los alemanes llegaron a ensayar desembarcos en las playas de Normandía, para hacer ver a los ingleses que se preparaban para una invasión.

Inglaterra, consciente del peligro, decidió convertir Gibraltar en una fortaleza. Ya desde la caída de Francia los gibraltareños se preparaban para la guerra, llamando a filas a todos los hombres en edad de combatir, calificando al resto como “useless mouths”, bocas inútiles, y fueron evacuados a Jamaica, Madeira o Londres. De este modo, la gran mayoría de personal civil que podía encontrarse en Gibraltar era mano de obra española que trabajaba en los diques, el puerto y el arsenal de la base.

Reflectores antiaéreos en Gibraltar durante la guerra.
Todas las zonas de entrada restringida se fortalecieron y se llenaron de campos de minas. Se prohibió el deambular por las calles de Gibraltar, siendo necesarios pases especiales para atravesar las distintas zonas en las que fue dividida. Se reforzaron las guarniciones con personal de infantería y se aumentaron de forma considerable los cañones antiaéreos, muchos procedentes de los campos franceses. Pero, sin duda, la mayor apuesta de Gibraltar fueron los trabajos llevados a cabo en los túneles del interior de La Roca. Acuartelamientos, hospitales, talleres, oficinas, fueron construidos en el interior de los túneles, llegando a diseñar una red que podía albergar durante nueve meses a dieciséis mil soldados, seguros de que el ejército alemán terminaría asediando Gibraltar.

En el interior se excavaron 48 km. de túneles, más que pavimento en el exterior de la roca, que cuenta con 42 km. de carreteras. Todo el material extraído del interior por la red de túneles se utilizó para la otra gran obra, convertir el antiguo aeródromo de emergencia en una base aérea.

Canaris, Jefe de Inteligencia.
Llegado el momento el General Jodl tendría que responder a la pregunta de si Alemania estaba preparada para invadir la Colonia, y éste no dudó entonces de contar con el antiguo ofrecimiento español. Con el concurso de España, necesario para que las tropas alemanas atravesasen la península, podría llevarse a cabo el asalto. A España fueron enviados un numeroso surtido de Oficiales Alemanes al mando del Almirante Canaris, Jefe de Inteligencia de la Bermag  (OKW).

Canaris decidió que el ataque era viable y que el momento no podía ser mejor, con una Inglaterra todavía tocada por la rápida invasión de Francia, el golpe infligido en las costas de Dunkerque y los bombardeos de la Luftwaffe sobre la propia Inglaterra.

Los hombres de Canaris pasaron varios días realizando observaciones en el Campo de Gibraltar, el Faro de Punta Carnero y el Hotel Reina Cristina de Algeciras y fotografiaron Gibraltar desde la Sierra Carbonera y las Playas de Puente Mayorga. Los responsables del “OKW” concluyeron que era posible tomar la plaza de Gibraltar y, además, hacerlo en pocas horas.

En agosto de 1940, conscientes de que el problema para el ataque a Gibraltar pasaba por el apoyo español más que por su propia capacidad militar, Hitler recordó el ofrecimiento de Franco y mandó a su Ministro de Asuntos Exteriores para que se le informase sobre los requisitos que España pedía para llevar a cabo la invasión.

Mientras tanto, en España Franco era consciente de que el nuevo ofrecimiento de Hitler significaba que la guerra sería más larga de lo que deseaba, y el estado de la España de los años cuarenta, después de una guerra civil, desaconsejaba el entrar en una guerra. El propio Almirante Canaris, Jefe de la OKW, fue el primero en advertir que Franco estaba cambiando de idea.

A mediados de septiembre el Ministro de la Gobernación español, Ramón Serrano Súñer, debía cerrar los detalles de la operación en Berlín. España pedía apoyo para defender Canarias de un posible ataque inglés, las posesiones en África y comida, combustibles y materias primas. Finalmente la visita de Serrano no terminó con la elección de una fecha para llevar a cabo el ataque pero mantuvo las esperanzas alemanas del apoyo español, indicando que los detalles se cerrarían en un futuro encuentro entre Hitler y Franco.

El plan seguía adelante, y los alemanes consideraron fundamentales los apoyos españoles de artillería y los estudios de inteligencia de España sobre Gibraltar. Incluso el Estado Mayor español estuvo estudiando la posibilidad de acometer la empresa por sí mismo, caso de que finalmente los alemanes no la llevaran a cabo.

Encuentro de Hitler y Franco en Hendaya
La fecha del encuentro Franco – Hitler será el 23 de octubre de 1940, el lugar Hendaya. En aquella reunión Franco llegó a firmar un documento que aseguraba que España tomaría parte en la guerra, pero no dejó que la iniciativa del ataque fuese de los alemanes. Se aseguró que en el acuerdo costase que la elección de la fecha sería “decisión conjunta” de ambos Estados. Hitler volvió a Alemania dolido por la actitud española y por el hecho de no haber podido conseguir la deseada fecha para la invasión.

A principios de noviembre Hitler ordenó acelerar todos los preparativos para el ataque a Gibraltar. El 12 de noviembre de 1940 el departamento de operaciones cursaba la directriz del Fürer número 18, recogiéndose el giro de la estrategia en la guerra y el asalto a Gibraltar. Las tropas de asalto fueron seleccionadas, el 98 de montaña, y movilizadas para entrenarse en el ataque a las laderas empedradas del Peñón. La División de Asalto estaría formada por 16.000 hombres dotados de los mejores equipos. El plan de ataque se ideo hasta sus últimos detalles y pasó definitivamente a llamarse “Unternehmens FELIX”.

El 15 de noviembre el ministro Súñer era convocado para que definitivamente se pusiese fecha a la invasión. El encuentro se llevaría a cabo en la residencia personal de Hitler en Baviera. Hitler intentó disuadir al ministro español contándole con detalle como se llevaría a cabo la operación.

Una oleada de bombarderos despegarían desde aeródromos franceses, cruzando la península protegidos por formaciones de cazas y atacaría los navíos de guerra atracados en el Peñón, haciéndoles salir a mar abierto, donde serían destruidos por submarinos alemanes. Se bombardearían después todas las zonas de interés militar para después regresar, haciendo escala en aeropuertos españoles. Después se pasaría a una ofensiva aérea por parte de los “stukas”. Al tiempo los 16.000 hombres destinados al ataque cruzarían España desde el sur francés para desplegarse frente al objetivo.

El asedio comenzaría 25 días después de los primeros bombardeos, con el despliegue del ejército alemán frente a Gibraltar, y con más de 200 piezas de artillería descargando sobre el Peñón. Finalmente, se atacará vía terrestre por la cara norte, apoyada por una acción anfibia. Iniciado el ataque terrestre se estimaba que Gibraltar caería en 36 horas. Otro cuerpo de ejército se desplegaría en la frontera con Portugal para repeler una posible reacción inglesa a través de aquel país.

Pero, a pesar del plan diseñado, Súñer no pudo dar el sí, que Franco había reservado hasta estar seguro de que Gran Bretaña iba a ceder, algo que, por otra parte, no iba a producirse si antes no caía Gibraltar.

La fecha que se había estimado como límite era el 10 de enero de 1941. Hitler desesperaba. El 4 de diciembre, el Almirante Canaris, Jefe de Inteligencia alemán,  intentó convencer a Franco de la inminente necesidad de la entrada de España en la guerra, pero éste no dio su brazo a torcer. Canaris tuvo que informar al Fürer que Franco no iba a prestar su apoyo.

Una semana después se disolvía el cuerpo expedicionario, y el 10 de enero de 1941 se cancelaba la operación.

La proyectada ofensiva contra la Unión Soviética, la Operación “Barbarroja”,  fue el límite temporal. La ocupación de Gibraltar habría de esperar hasta después de conquistada Rusia.

En su retiro en su casa de Baviera, ante un grupo de amigos, viendo que la guerra se le escapaba, Hitler llegó a decir “Gibraltar, queridos amigos, Gibraltar. Debimos haber tomado Gibraltar”.


8 comentarios:

  1. Sinceramente me ha gustado mucho. Enhorabuena muy bien documentado .Son curiosidades historicas que si no fuera por el blog probablemente seguiriamos desconocindo, espero que sigas publicando artículos tan interesantes como este.

    felicidades, un saludo.

    Jose A.V

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  2. Muchas gracias José. Me alegro de que te haya gustado. La verdad es que el tema es apasionante, como, en general, toda la segunda guerra mundial. Hablaremos algún día del bueno dle Almirante Canaris.

    Saludos.

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  3. Sin duda esta será la sección estrella. Ambos articulos muy amenos e interesantes. Un saludo.

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  4. guau¡¡¡¡¡¡ ,Me ha encantado¡¡¡¡ como ya le dije, si no fuera por artículos como éste, cosas que tenemos al alcance de la vista, pasarían inadvertidas sin la documentación apropiada¡¡¡

    En esta sociedad de sobreinformación, se hace necesaria la buena exposición documental de un modo resumido y breve, de forma que si interesa pueda ser ampliada con posterioridad¡¡¡

    BUEN TRABAJO Y A FAVORITOS¡¡¡¡

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  5. Muchas gracias Luis Fernando, me alegro de que te haya gustado. Eres una persona con mucho criterio y tu opinión siempre es bienvenida. Saludos.

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  6. Interesantísimo...que ignorantes estamos de muchas de las cosas que ocurren a nuestro alrededor.
    Este tipo de curiosidades me encantan, sobretodo las que nos tocan de cerca. Cada vez que veo ese "trozo" de piedra, pienso en la de secretos que esconderá de los que no tenemos ni idea. Hoy gracias a este blog, he conocido uno de ellos: toda la infraestructura que hay montada en el interior de la piedra en esos kilómetros de túneles.
    ¿Y que decir del nombre de la operación? muy curioso el nombre de "FELIX", quién lo esperaría de los alemanes!!
    Enhorabuena por la publicación.

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  7. Muchas gracias por tu comentario Almudena, me alegro de que te haya gustado. En la próxima entrega, que llegará esta noche, hablo de Garbo, un espía doble nacido en Barcelona que fue clave en el desenlace de la II Guerra Mundial. Te va a gustar seguro. Saludos.

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